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RECIHYS - Revista Cientíca de Ciencias Humanas y Sociales
que el poder se ejerce sobre la vida, no a través del casti-
go, sino a través del control, la vigilancia, la regulación y
que se encargará de la gestión de los cuerpos que padecen
la enfermedad crónica. En este sentido, el cuidado de sí
puede surgir como un poder autónomo para autogobernar
la posibilidad de las estrategias de cuidado como resulta-
apropiación de la interacción entre las biotecnologías y la
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cepciones del cuidado de sí como estrategia autónoma de
adaptación y agencia, debe atravesar los senderos de la
bioética y de la biopolítica en un sentido de control de la
vida desde el tratamiento biomédico prolongado, las diná-
en las formas de padecimiento y en las relaciones de lo
humano con lo no-humano en el seno de los afectos y la
propia enfermedad crónica.
En términos elementales, la bioética instala su inte-
rés en el estudio de la conducta humana frente a dilemas
universales como la salud, la muerte o la vida. Impregna
un gran porcentaje biologicista, y es que es obvio, son los
estado de armonía o desequilibrio vital. Pero también está
la faceta social, cultural, económica y política de la bioéti-
ca, que la obliga a replantear un escenario interdisciplinar
de análisis crítico y ético.
la bioética, pues en esta última el pensamiento gravita más
el paciente crónico, por medio de sus estrategias, encuen-
tra una especie de auto gobernación con base en el poder
orienta hacia el camino del cuidado de sí. Es decir, el có-
digo bioético del cuidado toma como precepto la instru-
una dimensión bastante más amplia y rica: el cuidado y el
posibilitamiento de la vida humana pero, además y princi-
palmente, de la vida en general, actual y posible, conocida
y biopolítica, la enfermedad crónica aparece como el es-
cenario disruptivo, el espacio de la tensión de poder, el
agitamiento de las concepciones previas e inmaduras que
van tejiendo un sustento afectivo e identitario de cara a las
nuevas percepciones de salud y cuidado. Tal y como se evi-
dencia en las diferentes dimensiones de interacción de los
sujetos-pacientes en íntima relación y atribución de sentido
precede a la transfusión sanguínea.
Aunque antagonistas, porque la bioética aboga por el
bien común, mientras la biopolítica se inclina hacia una
predisposición por el control y la administración con base
autonomía de cara a la intervención biotécnica y además,
como estrategia de subjetivación en la que el sujeto-pacien-
te se constituye a partir de saberes, afectos y experiencias
situadas. Por ello, el cuidado de sí emerge como una prác-
tica bioética, relacional y cultural, articulada entre los regí-
menes biomédicos de atención y las trayectorias afectivas
del padecimiento.
El cuidado, como categoría de análisis, ha tomado fuer-
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ciales para resaltar la importancia social de los afectos, las
implicaciones económicas en torno al cuidado, las políticas
públicas que se generan desde esta corriente analítica, así
como el cuidado como derecho humano, práctica laboral y
discusión bioética. En este sentido, las actuales discusiones
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miento poblacional, la mayor incorporación de las mujeres
al mercado de trabajo, la trasformación de las estructuras
El interés de esta investigación recae en la posibilidad
entornos de enfermedades crónicas, es decir, en enfermeda-
antecedente le hace aún más complejo al análisis, en virtud
de que la persona que padece la enfermedad, muchas veces
Cabe mencionar entonces que nos ubicamos en el ám-
bito de la salud como campo amplio de la discusión, en el
cual se puede evidenciar el rol de la mujer en el cuidado,
las implicaciones económicas que el cuidado implica y los
avatares a los cuales se enfrentan día a día los pacientes.
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tipo de poder o un tipo de ética para la construcción de
la realidad del sujeto que padece la enfermedad crónica
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Por último, el cuidado de sí puede ser entendido como
una expresión de autarquía, es decir, el dominio que se pue-
el quiebre o ruptura de un modo de vida o pensamiento
que deconstruya un sentido de vida del caos o el desahu-
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religiosa y del discurso moral judeocristiano.