Revista de Ciencias de Seguridad y Defensa
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Revista de Ciencias de Seguridad y Defensa (Vol. VI, No.1, 2021) pp. 11-21
Actuación Resiliente durante un Desastre con
Equipos de Actuación Inmediata
Resilient action during a disaster with Immediate Reaction Teams
Mayor de Mg. Ricardo Javier Acuña López
Academia de Guerra de la Fuerza Terrestre
rjacunal@ejercito.mil.ec
Resumen
Las amenazas de la naturaleza a través de los tiempos han tenido graves consecuencias irreparables, a causa
de catástrofes que han evidenciado su poder destructivo. El impacto social, económico y estructural ha afec-
tado a países como Colombia, Chile, China, Ecuador, Haití, Indonesia y Perú. Esto ha originado una serie de
preocupaciones en entidades internacionales como las Naciones Unidas, que ha planteado mecanismos que
permitan mitigar los efectos, generando iniciativas integrales con los actores gubernamentales en cada uno
de los países, permitiendo gestiones para perfeccionar su resiliencia. Las experiencias del pasado conducen
a que Ecuador determine la importancia de proponer la participación de instituciones y equipos entrenados
para actuar en las primeras 24 horas luego del siniestro. Ante este escenario, este estudio tiene como ob-
jetivo determinar una estructura ideal para la participación de equipos que actúen de manera inmediata en
coordinación con las instituciones del Estado ecuatoriano. Para lograrlo, se desarrolló una investigación
bibliográca mediante un exhaustivo análisis de varias fuentes primarias y secundarias, a más de experien-
cias similares derivadas en el campo de la gestión de riesgos de países de la región. Además, se realizó un
análisis de la normativa que rigen la Gestión de Riesgos de Desastres en el Ecuador. Los resultados revelan
el diseño de una organización que permita mantener un grupo homogéneo con jerarquización, misiones y
tareas especícas a la reacción en desastres naturales o antrópicos preparados para su actuación temprana.
Palabras clave: Desastre Natural, Emergencia, Prevención, Resiliencia, Salvamento.
Abstract
Through times, the natural hazards have marked severe and irreparable consequences due to catastrophes
that have been evidence of their destructive powers. The social, economic, and structural impact has affec-
ted Colombia, Chile, China, Ecuador, Haiti, Indonesia, and Peru. Thus, this has raised a series of concerns
for international entities such as the United Nations, which has proposed mechanisms to mitigate the effects,
generating comprehensive initiatives with government actors in each country, allowing efforts to improve
their resilience. Based on this background, the current study aims to determine an ideal structure for the
participation of teams that act immediately in coordination with the institutions of the Ecuadorian State. The
present research developed a bibliographic search through an exhaustive analysis of several primary and se-
condary sources towards more than similar experiences derived in risk management in countries of the local
region. The experiences from past conduct Ecuador to determine the importance of creating institutions and
specialized teams trained to act in the rst 24 hours after the adverse has occurred any event. In addition,
this study analyzed the regulations governing Disaster Risk Management in Ecuador. The results reveal the
design of an organization, which allows maintaining a homogeneous group with hierarchy, missions, and
specic tasks to the reaction in natural or anthropic disasters trained for its early action.
Keywords: Natural Disaster, Emergency, Prevention, Resilience, Rescue.
Fecha de Recepción: 14/06/2021 - Aceptado: 31/07/2021 – Publicado: 15/09/2021
ISSN: 2477-9253 – DOI: https://dx.doi.org/10.24133/RCSD.VOL06.N01.2021.01
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I. Introducción
En los últimos años, las emergencias, catástrofes y desastres han estado presentes en toda Latinoamé-
rica, tales como: terremotos, aluviones e incendios forestales que, como consecuencia del cambio cli-
mático, ya son parte de un acontecer reiterado. En otras palabras, los riesgos existentes se amplicarán
con estos fenómenos constantes del calentamiento global, lo que es un tema que preocupa a muchos
organismos.Así por ejemplo, Puyeta (2017) señala que: “Los estudios han demostrado que este hecho
es consecuencia directa del cambio climático y que, de no tomar medidas, la situación empeorará en
el futuro.”
Todo parece conrmar que los incendios forestales, tormentas eléctricas, olas de calor y frío,
inundaciones, ciclones y huracanes aparecerán de una manera común y su predicción es compleja. Más
aún que los desastres están “aumentando en frecuencia e intensidad, que obstaculizan signicativamen-
te el progreso al desarrollo sostenible.” (Del Castillo, 2015)
Ante estos hechos, el trabajo de las Fuerzas Armadas ha sido especíco por su participación de
manera fundamental en la preparación, reacción y reconstrucción, siempre dentro de los protocolos
que han normado de cierta manera su actuación, como parte de un sistema estatal para la reducción del
riesgo y desastres, ajustados a las reglas internacionales previstas para tal efecto.
Ante este escenario, este estudio tiene como objetivo determinar una estructura ideal para la
participación de equipos que actúen de manera inmediata en coordinación con las instituciones del
Estado ecuatoriano. Para lograrlo, se desarrolló una investigación bibliográca, mediante un exhaus-
tivo análisis de varias fuentes primarias y secundarias a más de experiencias similares derivadas en el
campo de la gestión de riesgos de países de la región. Además, se realizó un análisis de la normativa
que rige la Gestión de Riesgos de Desastres en el Ecuador. Así mismo, se propone la importancia de
la participación de varios estamentos gubernamentales para generar una resiliencia con gobernanza de
manera efectiva y precisa.
Por otro lado, se estructura un planteamiento ideal que permita a las Fuerzas Armadas actuar
desde una perspectiva de reacción enmarcada en las capacidades de actuación inmediata de acuerdo a
su organización, jurisdicción y equipamiento, de conformidad con la misión constitucional y las consi-
deradas en la política de defensa en referencia a la gestión de desastres.
Finalmente, todas las fuentes consultadas en su mayoría han sido bibliográcas, con un sustento
que permita tener una perspectiva que, en forma general, aporta deniciones del accionar que vinculan
el trabajo de diversas instituciones de seguridad para actuar de manera temprana ante los sucesos que
generen los riesgos naturales o antrópicos.
La principal contribución de este estudio es presentar de una manera conceptual la estructura
idónea de una organización doctrinaria, los equipos de reacción inmediata, que en coordinación con
el ejército determinarían las acciones de ayuda durante las primeras 24 horas de ocurrido los hechos.
El resto del artículo ha sido estructurado como sigue: en primer momento, se explica qué es la
gestión de reducción de desastres. En un segundo, se desarrolla la concepción de la importancia de actua-
ción en desastres en los países de la región. En el tercero, se analiza la importancia de preparar y entrenar
grupos especializados de actuación inmediata. Finalmente, se realiza una analogía de lo que presenta el
Ejército Ecuatoriano y la propuesta de una estructura acorde al empleo en el tema de desastres.
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II. Materiales y Métodos
2.1. La Reducción de Riesgos y Desastres
Del 18 a 22 de enero del año 2005, la Organización de las Naciones Unidas llevó a cabo la Confe-
rencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres, en Japón, cuya nalidad fue la de consolidar
estrategias internacionales para la reducción de Desastres bajo la denominación del Marco de Acción
de Hyogo
1
, con expectativas por alcanzar hasta el 2015. En esta conferencia se plantearon además tres
objetivos estratégicos y cinco prioridades para aumentar la resiliencia de las naciones y las comuni-
dades ante los desastres, que buscan como resultado nal, reducir de una manera considerable toda
clase de pérdidas, manteniendo como preferencia la vida del ser humano.
Así mismo, el 18 de marzo del 2015, a petición de la Asamblea General del Ecuador, se rea-
lizó la tercera conferencia mundial de las Naciones Unidas para la reducción de riesgos y desastres.
Aquí se aprobaron las prioridades de acción dentro del Marco de Senday
2
que, en su parte medular,
plantean las acciones para reducir las amenazas y vulnerabilidades, raticando el aumento de la resi-
liencia, fortaleciendo de esta forma el Marco de Acción de Hyogo. En sí, el propósito de este es el de
colocar como actor principal y responsable directo a cada uno de los estados, lo que permite de esta
manera la actuación de todas las sociedades e instituciones que lo conforman. Esto se enmarca en 4
prioridades, que han sido operacionalizadas con las gestiones de cada país. Esto, a su vez, también
ha permitido que del apoyo en situaciones de desastres surjan actores con responsabilidades y tareas
institucionalizadas dentro de la gestión para un desastre.
En concordancia con esto, han aparecido normativas y legalidades para la participación del
personal uniformado como institución, para que se pueda actuar de manera organizada y en apoyo
coordinado, lo cual permite que su misión vaya más allá de la protección de la frontera y los límites
territoriales. En denitiva, el tema del salvamento, prevención y actuación inmediata (a nivel local,
regional y mundial) ha demostrado en estos mismos momentos que, en base a experiencias pasadas,
se trata de una preocupación con aspiraciones excepcionales, con expectativas para enfrentar la fu-
ria de la naturaleza cuando esta se anuncie. Esta preocupación conlleva a que desde varias aristas y
actores se propongan estrategias dentro de un marco de la legalidad, para hacer efectivo el accionar
expedito de las Fuerzas de Seguridad en momentos de mucha conmoción, que es la diferencia entre
salvar vidas o recuperar cadáveres.
2.2. Actuación de grupos de acción inmediata en desastres
Mantener una reacción de forma apropiada y de manera ágil en eventos de daños naturales o socio
naturales es la inquietud de todos los países a nivel internacional. Especialmente en aquellos que han
enfrentado varias devastaciones de tipo económico y social, que dentro de un proceso de resiliencia
han creado cifras incalculables que llevan a deliberar las acciones que deben realizarse desde la pre-
vención.
España, con la intención de ponerse a la vanguardia en prevención y seguridad en el contorno
de desastres, ha proyectado la creación de un grupo especializado que entra en acción de forma in-
mediata en la intervención de desastres, conformado por miembros de sus Fuerzas Armadas, bajo la
denominación de Unidad Militar de Emergencia (UME), que a través del Acuerdo de Ministros del
Consejo del 7 de Octubre del 2005
3
crea una legislatura con todos sus protocolos, para que, a través
de un mando unicado, su organización pueda actuar de manera ecaz en todo tipo de eventos. Estas
1 EIRD, Naciones Unidas. Conferencia Mundial sobre la Reducción de Desastres. Marco de Acción de Hyogo del 2005-2015. Japón: s.n., 2005.
2 ONU, Naciones Unidas. Marco de Senday para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030. Japón: s.n., 2015.
3 JAUREGUI A. Boletín Ocial del Estado. Madrid, España: s.n., julio de 2011. 178.
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unidades pretenden crear los elementos necesarios que permitan una reacción en el menor tiempo po-
sible. Es por esto que, desde sus escuelas de formación en rescates, cumplen una estructura curricular
que hace posible capacitar a todos sus miembros en los ramos necesarios para cubrir los escenarios
que puedan presentarse.
La actuación de las UME ha mantenido su éxito por la conciencia que todos los actores
del sistema de seguridad que apuntalan al mismo objetivo; desde las mismas Fuerzas Armadas,
que visionan la preservación de la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos. Así mismo, las
entidades del estado destinan los recursos inexcusables para un despliegue de las fuerzas, tanto
en el territorio nacional como internacional. Prueba de esto es su participación en la lucha contra
los incendios de manera local en casi todo el verano, contribución de apoyo en los incendios que
han asolado Chile, el actuar en Portugal y los terremotos en Nepal y Ecuador, todas estas de gran
admiración y reconocimiento.
Elementos similares presenta Colombia con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo
de Desastres (UNGRD)4, que une a varios actores que ejecutan tareas cuyo actuar principal es la
atención a la mitigación, prevención y operación en desastres, logrando la sincronización en la
búsqueda y rescate. Cada uno de ellos está entrenado en sus particularidades y es de gran apoyo
para sobrellevar escenas donde la zozobra es el factor primordial que debe vencerse. Así pues,
ésta organización la conforman: la Unidad de Búsqueda y Rescate Col.1 (USAR Col.1)5 del
cuerpo de bomberos, que ha tenido participación internacional en labores de búsqueda tanto en
Haití, Ecuador y México y la Unidad de Operaciones Especiales en Emergencias y Desastres de
la Policía Nacional (PONALSAR)6, cuyo accionar principal es el salvamento en el contorno ur-
bano como esencia de su misión institucional. Por otro lado, el Ejército, Armada y Fuerza Aérea
Colombiana, a través de un Batallón de Prevención y Atención a Desastres, cada uno con recur-
sos y capital humano, son parte de este componente, para intervenir en el apoyo a la población.
Ecuador, por su parte, se encuentra en proceso de formación de las Unidades de Interven-
ción Rápida (UNIR)7, en cumplimiento con la estructura del Sistema Nacional de Gestión de
Riesgos, cuya necesidad aparece con las lecciones aprendidas de los acontecimientos del terre-
moto del 2016. Esta conformación considera en particular entrenar un número estimado de 170
hombres, equivalente a dos compañías por División, con el objetivo de cumplir misiones de pri-
mera respuesta dentro del territorio nacional, en concordancia con las entidades de la Gestión de
Riesgos. Esto permite mantener personal, material y equipo en excelentes condiciones para hacer
frente a los desastres naturales o antrópicos, a n de salvar la mayor cantidad de vidas humanas
de manera oportuna condescendiendo con la población civil.
Chile, en este contexto, es un país que ha sido afectado por varios eventos donde la natu-
raleza ha puesto a prueba la operatividad de sus Fuerzas Armadas, que han respondido con gran
ecacia en las misiones impuestas, actuando bajo el estado de excepción en apoyo a las catástro-
fes y desastres, al tener que realizar organizaciones especiales para estos eventos. Una de éstas
es la Patrulla de Auxilio y Rescate Militar del Ejército (PARME), cuyas unidades son empleadas
en ciertas jurisdicciones. Sin embargo, lo más notable de esta nueva estructura es la creación y
4  UNGRD. 2015. [En línea]. http://portal.gestiondelriesgo.gov.co/Paginas/Mision-y-Vision.aspx. Colombia.
5 USAR. [En línea] 2016. http://portal.gestiondelriesgo.gov.co/usar/Paginas/ informacion-general.aspx. Colombia.
6 PONALSAR. [En línea] 2019.https://www.policia.gov.co/especializados/ ponalsar. Colombia.
7  LA HORA. [En línea] 20 de junio de 2018.La Unidad de Intervención Rápida (UNIR) se capacita en técnicas para emplearlas en apoyo a la Secretaría de Gestión
de Riesgos. https://www.lahora.com.ec/loja/noticia/1102165085/la-unidad-de-intervencion-rapida-_unir_-se-capacita-en-tecnicas-para-emplearlas-en-apoyo-a-la-
secretaria-de-gestion-de-riesgos.Ecuador.
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actuación de un personal altamente capacitado denominado BRIFE (Brigadas de Refuerzo de
Incendios Forestales del Ejército), cuya formación y empleo está refrendado en una Resolución
Exenta N°1011 del 25 de noviembre de 2016, con excepcional reconocimiento por su desempeño
en los incendios de febrero del 2017. Esto es resaltado por la Subsecretaría del interior en su
informe nal denominado “Tormenta de Fuego”, en el que expresa:
“[…] las Brigadas de Refuerzo para Incendios Forestales del Ejército (BRIFE), prestan colabo-
ración desde el principio en el combate del fuego en segundo anillo, después de los brigadistas
CONAF
8
. Dentro de los ámbitos de colaboración se encuentra el de prevención y combate de
incendios forestales. Una de las acciones permanentes […]”
9
Por tanto, el tema de mantener equipos con material y conocimientos en apoyo a los desastres
ya no es un tema de moda. La Cruz Roja Internacional siempre lo ha asumido en primer plano, puesto
que mantiene en preparación constante un contingente operativo para actuar en cualquier momento,
bajo la modalidad de formación de equipos nacionales de intervención en desastres conocidos como
(ENI): “[…] los equipos son técnicamente preparados, especializados, equipados y actualizados para
coordinar, facilitar y ejecutar acciones de respuesta, en benecio de las personas más vulnerables. Sus
funciones se enmarcan en la reducción, respuesta y recuperación de emergencias y desastres […]”
(Marroquín, 2015). Están compuestos por sistemas y medios combinados que les permiten tener res-
puesta nacional e internacional.
Lo dicho hasta aquí supone que las fuerzas del orden, y en sí las Fuerzas Armadas de todos los
países, tienen la misión de proteger y salvar las vidas de sus ciudadanos en lo que a desastres se re-
ere. Más aún, la preparación para estas eventualidades requiere de la participación activa de muchos
organismos, en la que resalta la actuación del servicio público, en especial de aquellos elementos que
no están dentro los cuadros permanentes, generando así la necesidad y responsabilidad de empleo de
manera organizada y especializada.
8 CONAF: La Corporación Nacional Forestal es una institución autónoma del Estado chileno, creada originalmente como corporación de derecho privado, dependiente
del Ministerio de Agricultura de Chile.
9 MINISTERIO DEL INTERIOR Y SEGURIDAD PÚBLICA. Chile y la tormenta de fuego. Informe Incendios Forestales. Chile: s.n., enero-febrero de 2017. pág. 41.
Figura 1: Fases de una situación general de desastre: propuesta descriptiva de SNPAD (2006).
Fuente: La comunicación en la Gestión del Riesgo de Desastresv
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Los miembros de las reservas, Fuerzas de resistencia, entre otras, poseen su participación
activa en acciones de prevención, salvamento y también en apoyo a los más vulnerables, incluso
en diversos acontecimientos. Esto exige formalizar una arista para precisar su actuar mediante una
organización, legislatura y conocimientos que permitan desarrollar la resiliencia en cada uno de los
eventos que puedan presentarse. De ahí que, es necesario que estas fuerzas, que al parecer pasan de
improviso, cumplan una actuación directa, en especial en las fases 1 y 2 del impacto y evolución de
los desastres (ver Figura 1), donde es impredecible que se realicen todas las acciones de salvamento
iniciales y cooperación, para atender las víctimas directas del evento.
La Figura N° 1 muestra la evolución del evento, iniciando en una la fase crítica que requiere
una acción inmediata en las primeras 24 horas de ocurrido el suceso. Aquí aparece una escalada del
control de la situación y empieza un gran impacto por la gravedad de la situación durante el inicio
del siniestro. Superadas las 24 horas, se llega a un nivel de control que permite mantener una fase
de estabilización y llegar a la fase de recuperación, donde las acciones de control y gravidez son
totalmente opuestas a las del inicio, esto se propone un tiempo mínimo de 30 días.
En el Ecuador, el terremoto del 16 de abril del 2016 puso a prueba a toda la organización de
las Fuerzas Armadas para una atención prioritaria en los sectores más afectados. Las consecuen-
cias de una organización distinta llevaron a considerar que la participación de personas externas
permite una interrelación de mejora de procesos en medio de la zozobra y la desesperanza de las
poblaciones afectadas. Contar con una organización afín a las tareas de actuación inmediata, habría
beneciado los procesos de resiliencia en apoyo a las entidades del Estado. Por ejemplo, habría
sido útil durante la confección de 12000 raciones diarias, más de 150 misiones diarias de transporte
de kits humanitarios y la entrega de víveres y vituallas, además de las operaciones de rescate en
infraestructura colapsada y el soporte en la atención prioritaria en los más 200 albergues adecuados
durante la emergencia.
III. Evaluación de Resultados y Discusión
3. 1. Evaluación de Resultados
Muchos de los países han revelado que la reacción inmediata ya no es solo un paradigma, ya que el
actuar de las fuerzas estatales es un hecho. En consecuencia, han visto necesario fortalecer un cam-
po ocupacional para afrontar las vulnerabilidades que pudieran presentarse. Así, por ejemplo, en
una investigación realizada en Colombia se acuerda ubicar a los Profesionales Ociales de Reserva
(POR) en actividades útiles para enfrentar desastres. Esta gestión es calicada como una estrategia
acertada, ya que permite “diseñar propuestas ambiciosas y debidamente orientadas para emplear
los POR en las tres instancias de gestión del riesgo, es decir, el conocimiento, la reducción y el
manejo de desastres.” (Herrera, 2018)
Algo semejante también propone el Dr. Marquín (2010) en Ecuador, bajo la creación de una
Fuerza de Tarea que ayude a los sectores afectados, con capacidades y habilidades multidisciplina-
rias, enfatizando que esta organización: “[…] plantea el trabajo de grupo en el fomento de activi-
dades de prevención, mitigación, reducción y respuesta en desastres para reducir la vulnerabilidad
disminuir el riesgo en las comunidades (involucramiento y participación de la comunidad).”
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En esta misma línea, el Ejército Ecuatoriano determinó dentro de su doctrina “Equinoccio” la par-
ticipación en apoyo a la gestión de riesgos. Se trata de una actuación de acuerdo a los niveles respuesta
a través de la conformación de un contingente que permita una reacción de acuerdo a su jurisdicción,
capacidad y periodo, formalizando de una u otra forma su actuar, su conformación, capacitación, equi-
pamiento y su reacción inmediata de manera local y con proyección de reforzar zonas y regiones (ver
Figura 2).
Figura 2: Niveles de respuesta en la gestión de riesgos (2021).
Fuente: MFR. Apoyo a las instituciones del Estado
Actuación Resiliente durante un Desastre
Como se puede observar, la Figura 2 ilustra una pirámide organizacional compuesta por tres nive-
les, en la que la primera respuesta está soportada por los Batallones y/o similares; posterior a esto, actúan
las Unidades de intervención y rescate livianas con equipo para soportar hasta tres días de operación con
un total de 20 hombres. Finalmente, sobre estas actúan las Unidades de intervención y rescate medianas
con un contingente de 40 hombres, con todas las capacidades operativas y logísticas de soportar hasta
7 días de contingencia.
La participación de grupos previamente entrenados pretende que las acciones de resiliencia
mejoren en la medida en que su actuación genere estabilidad al momento del desastre, lo cual
disminuye la incertidumbre e introduce el momento propicio para aprovechar las competencias de
todo el personal profesional existente en las diferentes ramas, de manera que este último pueda ser
apoyo en varias tareas que se presenten, pues no todo es salvamento. Es así que se puede fortalecer
las capacidades de un contingente patrón desde varios escenarios que permitan tomar la resiliencia
de una mejor manera. Por ejemplo, en momentos de sosiego debe ser imperativa la participación
de médicos, ingenieros, conductores, e incluso de efectivos que apoyan a la labor logística en la
administración de las donaciones. Esto permite aprovechar todas las especialidades voluntarias
pre-entrenadas, con el n último de mantener una contribución activa durante todo el proceso que
conlleva el actuar en una emergencia o desastre.
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A partir de todo el análisis bibliográco presentado, es posible denir de una mejor pers-
pectiva los roles del personal de reservistas y Fuerzas de resistencia, para que conformen unidades
de participación y reacción inmediata, cuya intervención inicial debe primar desde los simulacros,
de tal forma que se pueda perfeccionar un accionar con reentrenamientos en los que el n común
sea la atención a los conciudadanos mediante una participación efectiva, bajo el amparo del apoyo
humanitario.
3. 2. Discusión
Las amenazas inesperadas de la naturaleza han demostrado que lo primordial es la prevención a tra-
vés de la preparación y el entrenamiento, para así mantener una actuación efectiva en el salvamento.
De acuerdo a este estudio, es imperativa la propuesta de la participación del personal de reservistas y
fuerzas de resistencia en acciones de resiliencia como acción inmediata, lo que permitiría mantener una
actuación emblemática como parte del apoyo de las instituciones del Estado en el tema de desastres.
Es necesario para esto considerar que la participación de estas fuerzas debe mantener una orga-
nización bajo una estructura tipo Brigadas con los Centros de Reservistas y los cuarteles regionales de
una manera anticipada. Por lo tanto, se determina imprescindible un levantamiento de las capacidades
efectivas de cada uno de sus integrantes, según las especialidades, designando desde ya las respon-
sabilidades especícas en el trabajo de apoyo a las emergencias, fundamentando que las prioridades
“[…] versan sobre las vulnerabilidades de personas y subgrupos: niños, género, personas de edad,
personas con discapacidad y apoyo psicosocial.”(Esfera, 2011)
Además, dada su ocupación, y por los objetivos que necesitan ser creados, este personal debe
mantener una magnitud básica bajo la denominación de “Brigada” que les permita una actuación de
manera inmediata en las regiones donde se encuentran acantonadas, y con las condiciones de actuar
como refuerzos cerca de la circunscripción si ese fuera el caso. De esta forma, se mantendrá la ca-
pacidad de realizar operaciones de salvamento enmarcados en la legalidad, cumpliendo la misión de
primera respuesta en capacidad de salvar la mayor cantidad de vidas humanas en el menor tiempo
posible, obteniendo un efecto positivo en la sociedad asistida.
Bajo este contexto, se puede formar una estructura organizacional que permita mantener un grupo
homogéneo con jerarquización, misiones y tareas especícas a la reacción en desastres naturales o antró-
picos, apuntalados en tres equipos de especialidad para su actuación temprana (ver Figura 3).
Figura 3: Propuesta de una Brigada con personal no profesional de FF.AA.
Fuente: Ilustración propia
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La misión principal de esta unidad es crear las condiciones favorables de ayuda humanitaria
de manera inmediata en cada una de las jurisdicciones con precisión y agilidad. Las brigadas deberán
estar conformadas por un máximo de 12 hombres y comandadas por un profesional certicado en
Gestión de Riesgos o con conocimientos vastos en el tema del manejo de recuperación ante un desas-
tre. Esto permitirá la viabilidad del empleo de estos pequeños grupos de una manera práctica, cuyo
perl deberá incluir los siguientes conocimientos:
Institucionalidad de la Cruz Roja Internacional y su empleo
Legislación del sistema internacional para la reducción del riesgo del desastre
El plan de emergencia para la reducción de riesgos de desastre
La sincronización de la Seguridad y Defensa con la Gestión del riesgo y desastres.
En la actualidad, la tarea del apoyo a la Gestión de riesgos y desastres hace imperiosa la
participación del personal de Reservistas y Fuerzas de resistencia. Para esto se debe mantener un en-
trenamiento constante, acorde a las nuevas exigencias y misiones conadas a las Fuerzas Armadas en
apoyo a los desastres. El Ecuador no debe ignorar el tema de mantener una Brigada de intervención
inmediata con pequeños grupos que le permita un campo de actuación solvente, mediante un adies-
tramiento esencial cuyas prioridades deben enfocarse en lo siguiente:
Organización y funciones de una unidad de intervención rápida con responsabilidades para equi-
pos de búsqueda, rescate y seguridad
Conocimiento del material y equipo que pudiesen ser empleados en las diferentes situaciones y
tipos de emergencia y/o desastres
Entrenamiento especíco para apoyar en caso de: incendios forestales, erupciones volcánicas,
deslaves, inundaciones, tsunamis y terremotos
Procedimientos y protocolos por seguir en cada uno de los eventos
Conocimiento de la normativa técnica y la sincronización con las instituciones que participan en
la Gestión del desastre
Conocimiento de medicina básica y primeros auxilios
Para este propósito, es necesario determinar un protocolo que permita una sincronización con
las instituciones del Estado que se emplean a través del sistema de alarmas de emergencia y su re-
lación estrecha con el Comando de operaciones de emergencia. Consecuentemente, esta propuesta
de Brigada, al actuar de manera independiente, no deja de estar ajustada en el sistema de ayuda bajo
la jerarquización de las Fuerzas Armadas, reconociendo que su accionar permitirá una ejecución de
planes de contingencia necesarios al momento de la reacción.
Ahora bien, es imperioso, pese a la ambición que esto conlleva, que el actuar de este contin-
gente tenga éxito, pues se deben, además, generar los recursos para que su logística sea sustentable
en el empleo; hay que generar las condiciones de recursos para su equipamiento con material que
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esté ajustado a las eventualidades que puedan presentarse. Así mismo, es fundamental estructurar las
órdenes de instrucción y entrenamiento necesarias que contengan todos los temarios indispensables
para fortalecer su intervención.
IV. Conclusiones
Esta investigación tuvo como propósito determinar una estructura organizacional para la participación de
equipos que actúen de manera inmediata en coordinación con las instituciones del Estado ecuatoriano ante
desastres naturales o antrópicos. Este estudio evidencia que las acciones para mejorar la resiliencia están a
la orden del día y son una preocupación a nivel regional y mundial, determinadas dentro de un campo de
acción que permite planicar y crear iniciativas para reaccionar de manera inmediata a las eventualidades.
En consecuencia, resulta coherente y necesario el mantener efectivos con conocimientos y equipos que pue-
dan solventar la ayuda de manera expedita, acorde a las exigencias internacionales enmarcadas en la ayuda
humanitaria y el bienestar de la población.
De todo lo investigado y analizado, se hace impostergable la creación de un campo de acción para
las fuerzas anes a la seguridad, como los miembros de las reservas y fuerzas de resistencia que actúen de
manera inmediata con efectos deseables. Eso sí, con la salvedad que, para tal efectividad, es necesario que se
encuentren bajo un mando unicado con capacidades multifacéticas y que proporcionen el apoyo inmediato
a través de tareas esenciales, trabajos especícos y apoyo humanitario durante los desastres. Esto los hará
capaces de salvar la mayor cantidad de vidas posible, sin entorpecer las operaciones de ayuda, ni mucho
menos buscar un protagonismo de empleo en el área en que se desenvuelven las catástrofes. Así mismo, es
fundamental que su organización preste una respuesta inmediata en apoyo a los Comandos Operativos de
Emergencia, para intervenir de manera inmediata con un contingente capacitado y equipado adecuadamen-
te, de rápida reacción, para así desvanecer la incertidumbre y mantener el optimismo en toda la población
civil. Se debe, entonces, aprovechar el profesionalismo del efectivo disponible y empezar con el proyecto
de capacitación, entrenamiento y equipamiento respectivo, para mantener una fuerza de soporte para los
planes de contingencia en el empleo de las Fuerzas Armadas en el apoyo a la gestión de riesgos y desastres
de manera ágil, óptima y efectiva.
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Actuación Resiliente durante un Desastre