Carta al editor:


La Academia y los objetivos de desarrollo sostenible


MARCO V. MONCAYO MIÑO
Organización de las Naciones para la Alimentación y la Agricultura
marco.moncayo.mino@gmail.com


“La tierra no la hemos heredado de nuestros ancestros, la tenemos prestada de nuestros hijos” este antiguo proverbio nos permite reflexionar sobre los efectos que las generaciones pasadas han ocasionado en nuestra situación actual, y nos advierte sobre el impacto de nuestras acciones en la realidad de las futuras generaciones. Tomando conciencia de los retos globales a nivel ambiental, económico y social, los líderes de 193 países aprobaron en el año 2015 la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible como una hoja de ruta con objetivos claros y ambiciosos, que van desde erradicar la pobreza, el hambre y proteger el planeta, hasta asegurar la prosperidad e igualdad sin dejar a nadie atrás. La Agenda cuenta con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse con el esfuerzo de toda la sociedad: los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y la academia. Estos lineamientos globales ofrecen una oportunidad para que las sociedades emprendan un camino que les permita satisfacer sus necesidades y asegurar los recursos para las futuras generaciones.

Después de tres años de haber establecido este desafío global para que todos los gobiernos tomen las riendas de su propio desarrollo, se han obtenido grandes avances. En general las personas viven mejor que hace una década. Sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes para seguir con el ritmo de cumplimiento de la Agenda 2030. En el 2018 los jóvenes tuvieron tres veces más posibilidades de estar desempleados que los adultos. La desigualdad en los ingresos aún es dominante, los hombres ganaron un 12,5% más que las mujeres. En el aspecto nutricional, tras un prolongado descenso de la prevalencia de subalimentación, por tercer año consecutivo se registra un aumento del hambre a nivel global, este número aumentó de 777 millones en 2015 a 815 millones de personas en 2017. Asimismo en 2017, la temporada de huracanes del Atlántico Norte fue la más

costosa de la historia, y la temperatura media mundial de los últimos 5 años fue la más alta registrada.

Es evidente que todavía queda mucho trabajo por hacer para alcanzar los ODS. En este aspecto la academia es un actor que puede aportar de forma transversal en los 17 objetivos, es un actor neutral que provee información basada en evidencia y cuenta con credibilidad dentro de la sociedad. Sus principales herramientas son el aprendizaje y la enseñanza, la investigación, la innovación, la cultura y el liderazgo. La universidad debe jugar un rol activo y significativo en la construcción de capital social y el desarrollo de su propio país, y por lo tanto en el alcance de las metas globales.

La revista Vínculos ha dedicado dos números para trabajos de investigación relacionados con 9 de los 17 ODS. Considerando la realidad del Ecuador, se presentan artículos sobre el disminución de la pobreza (objetivo 1), economía (objetivo 8) cooperativismo (objetivo 17), el medio ambiente (objetivo 13) y ecosistema terrestre (objetivo 15), educación (objetivo 4), reducción de la desigualdad (objetivo 10), paz (objetivo 16) y energía renovable (objetivo 7). Estos artículos aportan información valiosa sobre las acciones que se realizan en el país a nivel investigativo y generan evidencia útil para contribuir en los procesos de toma de decisiones que buscan el desarrollo sostenible

Espero que el importante esfuerzo que realiza la revista Vínculos con este número dedicado a los ODS, sea un detonante para que la academia tome conciencia sobre el relevante rol que juega en el cumplimiento de la Agenda 2030 en el Ecuador.