LA SEGURIDAD Y LA VIOLENCIA EN LA FRONTERA NORTE.
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Resumen
La seguridad de los ciudadanos que habitan en la frontera norte está relacionada con la violencia. Para la investigación se aplicaron test de seguridad y violencia en 112 personas entre la edades de 18 y 65 años quienes se encuentran en la frontera norte, principalmente en la zona fronteriza de la provincia de Esmeraldas con Colombia. El objetivo de la investigación es determinar la relación entre la seguridad y la violencia, y se realizó el procesamiento de datos con la utilización del programa estadístico SSPS-20. Encontrando que existe una correlación negativa es decir a medida que aumenta la seguridad disminuye la violencia.
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Cómo citar
LA SEGURIDAD Y LA VIOLENCIA EN LA FRONTERA NORTE. (2021). Revista De Ciencias De Seguridad Y Defensa, 6(2), 8. https://doi.org/10.24133/RCSD.VOL06.N02.2021.01
Sección
Artículos
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LA SEGURIDAD Y LA VIOLENCIA EN LA FRONTERA NORTE. (2021). Revista De Ciencias De Seguridad Y Defensa, 6(2), 8. https://doi.org/10.24133/RCSD.VOL06.N02.2021.01
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Referencias
Alfaro, J. W. (2017). Seguridad Ciudadana y su relación con la Victimización en el distrito de los Olivos. Lima : Universidad Cérsar Vallejo.
Bargent, J. (2019). Esmeraldas: una provincia de Ecuador en las garras del conflicto narco. Insight Crime. , 1-10.
Díaz, M. (2014). La violencia intrafamiliar. Scielo.
Jarrín, G. S. (2018). Política de Defensa Nacional del Ecuador 2018. Quito: IGM.
José Carlomán Ticlla Fustamante . (2019). Seguridad cuidadana y su relación con la violencia en el dsitrito de Moyobamba - San Martín - 2018. Lima: Escuela de posgrados Universidad César Vallejo. .
Molina. (2001). VIOLENCIA DOMÉSTICA CONTRA LA MUJER LA NOTICIA DE CADA DIA.
Palacios, M. (27 de 09 de 2011). Violencia Intrafamiliar. Obtenido de Violencia Intrafamiliar: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/escolar/la-violencia-intrafamiliar-i-312976.html
Rincón, M. A. (2018). Abordajes teóricos sobre la relación entre violencia y seguridad ciudadana y violencia urbana en colombia . Misceláneo , 86-100.
Salud, O. M. (2019). Violencia . ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD , 1.
seguridad y violencia en la frontera del norte en el Ecuador
https://journal.espe.edu.ec/ojs/index.php/Academia-de-guerra/article/view/VOL13ART9
https://journal.espe.edu.ec/ojs/index.php/Academia-de-guerra/article/view/VOL13ART9/pdf
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/6263/S998552_es.pdf
https://biblio.flacsoandes.edu.ec/libros/digital/52250.pdf
https://lalineadefuego.info/2018/04/17/frontera-norte-seguridad-o-peligro-de-lo-mismo-en-un-nuevo-escenario-por-remedios-sanchez/
Lo expuesto hasta aquí evidencia o al menos matiza que en la frontera norte no fueron precisamente los ámbitos de seguridad los descuidados por el gobierno de Correa, como tampoco existió una política orientada a disminuir la capacidad operativa de las fuerzas armadas o la policía, según lo plantea el discurso de Lenin Moreno. El déficit de dicho gobierno se ubica, por el contrario, en los sectores de educación, salud, trabajo, en la imposición de formas de producción y organización social definidas desde la centralidad del poder, en la ausencia de políticas que contribuyan a fortalecer procesos de descentralización reales y en la puesta en marcha de estrategias orientadas a fracturar y debilitar al tejido social. LO QUE SE HACE NECESARIO DESCUBRIR SI LA SEGURIDAD AUMENTA O DISMINUYE LA VIOLENCIA EN LOS SECTORES MAS CRITICOS DE LA FORNTERA NORTE
La militarización no fue ni será la respuesta que demandan las poblaciones de la frontera norte ecuatoriana. La política mantenida por Correa demostró que la retórica siempre estuvo más adelante que las concreciones reales por modificar el estatuto subordinado de la región y la desidia con la que se ha tratado a su población. Aunque la inversión pública creció en la región, esta no siempre se dirigió conforme a las necesidades de la gente que lo que reclama son oportunidades de trabajo, vivir en un ambiente sin contaminación y participar en la definición de su vida, su entorno, su territorio.
En la actualidad, sin embargo, antes que corregir las omisiones y errores del gobierno anterior, el énfasis vuelve nuevamente a girar en torno a la seguridad, el control y la militarización del área. Pero no sólo eso, resulta preocupante que el énfasis sobre estos ámbitos parezca hoy decantarse peligrosamente a favor de las posiciones más conservadoras que rechazan los acuerdos de paz alcanzados con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), que cuestionan las conversaciones iniciadas con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que no tienen empacho en pedir el apoyo de fuerzas de seguridad externas, y que exigen más presupuesto, equipamiento y protagonismo a las fuerzas armadas.
Los atentados en frontera norte de Ecuador de 2018 —también denominados como «conflicto en la frontera norte»— fue una serie de atentados terroristas que se desarrolló en las localidades de San Lorenzo, Mataje y Viche en la provincia de Esmeraldas, Norte de Ecuador. Se iniciaron el 7 de enero de 2018 en las afueras de las instalaciones del distrito de la Policía Nacional de San Lorenzo donde, en horas de la madrugada, se produjo la explosión de un coche bomba que dejó 23 personas heridas, así como también severos daños a la infraestructura del recinto policial y de 37 viviendas cercanas al lugar del suceso. En investigaciones preliminares, las autoridades ecuatorianas ligaron este incidente a organizaciones delictivas vinculadas al narcotráfico.
En los días siguientes al atentado en San Lorenzo, empezaron a registrarse varios atentados menores; sin embargo, el 22 de marzo ocurrió una explosión de una bomba ubicada a un costado de la carretera San Lorenzo—Mataje, que provocó la muerte de 3 infantes de marina, además de dejar 7 heridos más. La crisis se agravó el 26 de marzo con el secuestro de 3 miembros del equipo periodístico del diario El Comercio, quienes cubrían un reportaje sobre los hechos que se estaban suscitando en Mataje y sus cercanías.
El secuestro y posterior asesinato de los periodistas, así como la autoría de varios de los atentados, han sido adjudicados al Frente Oliver Sinisterra, un grupo disidente de la Columna Móvil Daniel Aldana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), quienes se negaron a deponer las armas negándose a aceptar los acuerdos de paz entre esta guerrilla y el gobierno colombiano, autodenominándose como un «frente activo», pero Colombia no les da el calificativo de grupo insurgente sino de grupo delincuencial, denominándolo un Grupo Armado Organizado Residual (GAOR).
(Wikipedia, 2021)
Bargent, J. (2019). Esmeraldas: una provincia de Ecuador en las garras del conflicto narco. Insight Crime. , 1-10.
Díaz, M. (2014). La violencia intrafamiliar. Scielo.
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Rincón, M. A. (2018). Abordajes teóricos sobre la relación entre violencia y seguridad ciudadana y violencia urbana en colombia . Misceláneo , 86-100.
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seguridad y violencia en la frontera del norte en el Ecuador
https://journal.espe.edu.ec/ojs/index.php/Academia-de-guerra/article/view/VOL13ART9
https://journal.espe.edu.ec/ojs/index.php/Academia-de-guerra/article/view/VOL13ART9/pdf
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/6263/S998552_es.pdf
https://biblio.flacsoandes.edu.ec/libros/digital/52250.pdf
https://lalineadefuego.info/2018/04/17/frontera-norte-seguridad-o-peligro-de-lo-mismo-en-un-nuevo-escenario-por-remedios-sanchez/
Lo expuesto hasta aquí evidencia o al menos matiza que en la frontera norte no fueron precisamente los ámbitos de seguridad los descuidados por el gobierno de Correa, como tampoco existió una política orientada a disminuir la capacidad operativa de las fuerzas armadas o la policía, según lo plantea el discurso de Lenin Moreno. El déficit de dicho gobierno se ubica, por el contrario, en los sectores de educación, salud, trabajo, en la imposición de formas de producción y organización social definidas desde la centralidad del poder, en la ausencia de políticas que contribuyan a fortalecer procesos de descentralización reales y en la puesta en marcha de estrategias orientadas a fracturar y debilitar al tejido social. LO QUE SE HACE NECESARIO DESCUBRIR SI LA SEGURIDAD AUMENTA O DISMINUYE LA VIOLENCIA EN LOS SECTORES MAS CRITICOS DE LA FORNTERA NORTE
La militarización no fue ni será la respuesta que demandan las poblaciones de la frontera norte ecuatoriana. La política mantenida por Correa demostró que la retórica siempre estuvo más adelante que las concreciones reales por modificar el estatuto subordinado de la región y la desidia con la que se ha tratado a su población. Aunque la inversión pública creció en la región, esta no siempre se dirigió conforme a las necesidades de la gente que lo que reclama son oportunidades de trabajo, vivir en un ambiente sin contaminación y participar en la definición de su vida, su entorno, su territorio.
En la actualidad, sin embargo, antes que corregir las omisiones y errores del gobierno anterior, el énfasis vuelve nuevamente a girar en torno a la seguridad, el control y la militarización del área. Pero no sólo eso, resulta preocupante que el énfasis sobre estos ámbitos parezca hoy decantarse peligrosamente a favor de las posiciones más conservadoras que rechazan los acuerdos de paz alcanzados con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), que cuestionan las conversaciones iniciadas con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que no tienen empacho en pedir el apoyo de fuerzas de seguridad externas, y que exigen más presupuesto, equipamiento y protagonismo a las fuerzas armadas.
Los atentados en frontera norte de Ecuador de 2018 —también denominados como «conflicto en la frontera norte»— fue una serie de atentados terroristas que se desarrolló en las localidades de San Lorenzo, Mataje y Viche en la provincia de Esmeraldas, Norte de Ecuador. Se iniciaron el 7 de enero de 2018 en las afueras de las instalaciones del distrito de la Policía Nacional de San Lorenzo donde, en horas de la madrugada, se produjo la explosión de un coche bomba que dejó 23 personas heridas, así como también severos daños a la infraestructura del recinto policial y de 37 viviendas cercanas al lugar del suceso. En investigaciones preliminares, las autoridades ecuatorianas ligaron este incidente a organizaciones delictivas vinculadas al narcotráfico.
En los días siguientes al atentado en San Lorenzo, empezaron a registrarse varios atentados menores; sin embargo, el 22 de marzo ocurrió una explosión de una bomba ubicada a un costado de la carretera San Lorenzo—Mataje, que provocó la muerte de 3 infantes de marina, además de dejar 7 heridos más. La crisis se agravó el 26 de marzo con el secuestro de 3 miembros del equipo periodístico del diario El Comercio, quienes cubrían un reportaje sobre los hechos que se estaban suscitando en Mataje y sus cercanías.
El secuestro y posterior asesinato de los periodistas, así como la autoría de varios de los atentados, han sido adjudicados al Frente Oliver Sinisterra, un grupo disidente de la Columna Móvil Daniel Aldana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), quienes se negaron a deponer las armas negándose a aceptar los acuerdos de paz entre esta guerrilla y el gobierno colombiano, autodenominándose como un «frente activo», pero Colombia no les da el calificativo de grupo insurgente sino de grupo delincuencial, denominándolo un Grupo Armado Organizado Residual (GAOR).
(Wikipedia, 2021)